https://publishers.propellerads.com/#/pub/auth/signUp?refId=Tilr HISTORIAS DE ITACA: ONOMATOFOBIA...

viernes, 23 de junio de 2017

ONOMATOFOBIA...


                              Se define como el miedo a escuchar ciertas palabras… Persistente, anormal e injustificado miedo a escuchar determinadas palabras. Las fobias son anormales, casi siempre educacionales y algunas veces queridas y defendidas en la ignorancia. Se define Fobia como la aversión obsesiva a alguien o a algo y también como temor irracional compulsivo, invalidante y limitante.
                              Creamos la palabra, juntamos letras y les damos forma entendible. La palabra por si sola significa y en ese contexto se define y da un valor de nombre. Todo, absolutamente todo, está asociado a una palabra, la cual le da un significado único, una definición y en ella, su explicación. Las escribimos y las leemos, las hablamos y las escuchamos…Son la base de la comunicación del ser humano, ni más ni menos. La palabra tiene vida propia y sin darnos cuenta, somos cautivos de ella. Con ella nombramos cosas, personas, animales, vegetales, estrellas y mares. También, partes del cuerpo humano, sentimientos, sensaciones, placeres y sueños. Prácticamente las conocemos todas, las exactas y las coloquiales, las de doble sentido y algunas científicas, las de Ley y las que usamos en el amor. Un sinfín de palabras que en nuestra inteligencia abrazamos, cuidamos, expresamos y enriquecemos en nuestro día a día.
                              Pero la palabra, en cuanto se apropia del ser humano, tiene su historia, sus traumas, sus educaciones y sus inquisidores. Tiene los sentimientos que nosotros le damos, los miedos que nosotros tenemos y las frustraciones que emanamos cada vez que la pronunciamos, la leemos o la pensamos. Como humanos somos imperfectos y la palabra nos refleja esa imperfección, somos débiles y a veces no la soportamos, somos ineptos y la ocultamos detrás de nuestra ignorancia. Y es entonces, cuando el escritor entra en un trance de locura por no conocer los miedos del lector, el comunicador tartamudea su pensamiento por no saber qué clase de oídos lo escucharan y el manipulador es el único que sabe qué hacer con ella pues en verdad si sabe quién lo leerá y quien lo escuchará. Sale a escena al Onomatofobo y se pone en manos del manipulador, porque él le escribirá lo que quiere leer y le dirá lo que quiere escuchar. Pero un día se cansará de ser manipulado, medio entenderá que existe el libre albedrío y se atreverá a leer algo diferente, oirá palabras distintas y su mente temblará. En el coraje rebelará su deficiencia y se convertirá en juez implacable de la palabra, quizás por miedo, por cobardía o por ignorancia. Y su trauma seguirá vivo.
                               Sentirá que es el gran líder de la Santa Inquisición, vaciará estanterías y libro por libro leerá el título y verá su foto, tomarán forma de satanás sus malas palabras y uno por uno los censurará, los destruirá en el fuego de sus fracasos como ser humano y le dirá al mundo, que es el dueño de la ignorancia Universal. Satisfecho, propondrá ya jamás leer, prohibido escuchar, esconderá su figura bajo las sábanas del pecado y se inmovilizará. Regresará al antiguo planeta de las aflicciones, donde sus tatarabuelos recortaban un agujero en sus sábanas para el único fin de la procreación, donde el amor se prohibía como sentimiento y donde la vida era dirigida desde antes de nacer. Ese es el mundo del Onomatofobo y no es mi mundo. La palabra define y como tal vive. La palabra se defiende no se censura, la palabra se deja en el contexto no se saca de él, la palabra es un don del cielo y como tal es amor, la palabra es comunicación y como tal debe ser exacta.

                                  Yo escribo. Gracias Onomatofobos, gracias por presentarse tal y como son, sin disfraces ni máscaras. Por fin lo hicieron. Censuraron uno de mis escritos por el título y jamás se dieron la oportunidad de leer el escrito. En el título habían dos palabras “Pene” y “Vagina”, dos palabras a las que les tienen pavor y déjenme decirles que esto es “Fobia” y una Fobia es una enfermedad. Deseo de todo corazón que un día se curen. Yo también tengo dos fobias, a la intolerancia y a la ignorancia, pero no he encontrado una palabra que las defina. Tuve que inventar la palabra “Onomatofobo” en el desenlace de este escrito, seguro no estará entre sus traumas. Una disculpa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario